DISTANCIA: 61,75 km.
DESNIVEL: 1221 m.
DUREZA: Elevada (física) / Media - Elevada (técnica).
RUTA REALIZADA:
Alicante - El Pla - Agost - Beata - Racó de Micalet - Cabeçó del Pallés - Gasolinera Xirau - Pla Xirau - La Venteta - Rambuchar - Alicante.
COMENTARIOS:
Hace unos meses subí el track de la "Vuelta al Ventós" y en los comentarios ya indicaba que había cosas que mejorar en el trazado para un futuro, pues me metí por algún sitio erróneo que dificultó el recorrido.
En esta ocasión y aprendiendo de errores pasados, se ha intentado mejorar el trayecto, con menos asfalto, además, consiguiendo una ruta larguita y de carácter dificilillo tanto en la parte técnica como en la física.
Partimos de Alicante otro buen grupete, en esta ocasión, Felipe, Roberto "Terminator", José Antonio, Roberto y Ros, que junto a un servidor nos dirigimos por el cuartel de Rabasa hacia la zona del Pla, esquivando zonas de asfalto, en la medida de lo posible, hasta llegar al apeadero de Agost y, poco después, al polígono industrial "Els Castellans", a la entrada de la población. De allí, enlazamos con un PR, que nos llevó al cementerio y continuamos por las Lomas de la Beata, circulando próximos a la carretera de Agost hacia el Maigmó.
Una vez llegados al cruce con la vía verde, seguimos por el camino que lleva a L'Estret, para desviarnos a la derecha en el cruce de PR y comenzar la parte más dura de la ruta. Pasamos entre las Lomas de la Conillera y el Racó de Micalet, siguiendo la ascensión y girando paulatinamente a la derecha, en busca de la urbanización L'Aljub, una vez realizada la ascensión - dura -, de las zetas, poco después de la Casa del Pallé.
Finalmente, llegamos a la gasolinera de Xirau, para hacer una parada, reponer fuerzas y líquidos - alguno fue directamente a la cerveza - y comenzar la bajada por la otra cara de la sierra del Ventós, por la senda del Pla Xirau, la Venteta, finca de Don Jaime y el tramo final, por la parte baja de la Rambla del Rambuchar, mucho más rota que en anteriores ocasiones, por las lluvias pasadas.
El cansancio se iba apoderando de todos - bueno, de Roberto el incansable, no -, y las conversaciones iban languideciendo, con tal de aprovechar las justas fuerzas que nos iban quedando.
Poco después, llegábamos a San Vicente y tras volver a atravesar la senda del cuartel de Rabasa, a Alicante, poniendo el punto y final a una ruta bonita, larga y durita.
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